Tensiones internas y estrategias divergentes: Desafíos legislativos en el Senado argentino.

El éxito de Victoria Villarruel el 13 de diciembre, al asegurar las autoridades y la distribución de comisiones en el Senado, ha desencadenado un panorama fragmentado casi un mes después. Las tensiones internas en diversos bloques han complicado la labor legislativa, debilitando el blindaje de la mayoría entre el oficialismo y la oposición no kirchnerista. Aunque el Frente de Todos encontró alivio temporal con el debate de la Boleta Única de Papel, las disputas internas persisten.

En La Libertad Avanza, surgió un foco de tensión cuando un grupo de senadores expresó su descontento y buscó discutir nuevas autoridades. Después del debate sobre la boleta única, se llevó a cabo una reunión donde se expresaron enojos internos, pero se evitó una confrontación mayor para evitar repetir situaciones previas. Sin embargo, la bancada enfrenta dificultades para negociar con la Casa Rosada, lo que genera acumulación de reclamos sin respuestas claras.

En el kirchnerismo, tras la pérdida de poder en diciembre, la bancada recibió un impulso con la Boleta Única de Papel. Una jugada estratégica durante el debate dejó al oficialismo y a la oposición no kirchnerista sin la mayoría absoluta necesaria para aprobar el proyecto. Aunque reconocen las dificultades en la discusión sobre la boleta única, la falta de directivas desde el Instituto Patria llevó a algunos a plegarse al dictamen de Mónica Silva para complicar el debate.

En Cambio Federal, dos experimentados legisladores, Juan Carlos Romero y Lucila Crexell, exhibieron posturas divergentes sobre la boleta única. En el ex Juntos por el Cambio, hay dudas sobre la estrategia legislativa, con divisiones en el radicalismo y el Pro, que oscila entre apoyar a los libertarios sin reservas y aquellos que abogan por un enfoque más racional.

En los próximos días, la conformación de la comisión bicameral de Trámite Legislativo será crucial. Si transcurren los 10 días desde el ingreso del mega DNU que desregula la economía sin activar un debate, el Frente de Todos no descarta aprovechar el desconcierto para forzar una sesión y empujar el rechazo a la medida, siguiendo la estrategia que aplicaron durante la gestión anterior al frenar numerosos DNU.

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