Sin quorum propio, el Kirchnerismo convocó este jueves a una primera sesión en la Cámara de Senadores, que no se reúne desde noviembre de 2022.
La convocatoria K fue una reacción a una jugada opositora que dejó en evidencia el hecho de que el oficialismo ya no controla el quorum en la Cámara Alta, que tiene como presidenta a Cristina Kirchner, desde la división del bloque del FdT.
En un duro contexto para el oficialismo, marcado por la interna que atraviesan sus referentes políticos ante la incertidumbre de quién será el candidato a Presidente, se suma la posibilidad de que el Frente de Todos pueda perder el control de la Cámara Alta.
Por primera vez en casi dos años, el kirchnerismo está dispuesto a consensuar un temario en busca de que Juntos por el Cambio y los peronistas de Unidad Federal abran el recinto sin ellos.
Primero, Unidad Federal (UF) había pedido una sesión especial para el miércoles para tratar los pliegos de jueces de Santa Fe -en plena escalada narco-, el de otros magistrados de Córdoba, la Ley Lucio y una iniciativa para reducir las tarifas energéticas.
Luego, Juntos por el Cambio, en diálogo con UF, pidió una sesión para hoy casi con el mismo temario, con excepción de la iniciativa para reducir las tarifas energéticas que para ser aprobada requeriría del apoyo del oficialismo, porque aún no fue tratada en comisiones.
Sin embargo, el temario a debatir incluye los proyectos que propuso la oposición y algunos que sumó el oficialismo, además de otras iniciativas que tenían consenso mayoritario, aunque no total, como la ley de Alcohol 0, pero que no habían sido solicitados por ninguno de los bloques, algo inédito e irregular.
Tal vez en un intento por seducir a un sector de la oposición, el oficialismo también incluyó un proyecto que no estaba en el pedido de sesión de JxC, pero sí en el de Unidad Federal: la iniciativa para reducir las tarifas energéticas a través de una baja de impuestos que presentó el senador Kueider.
No obstante, el interbloque de JxC se reunirá antes de la sesión para terminar de resolver la estrategia a seguir. Así, intentarán acordar con el bloque de UF para juntar su propia mayoría opositora y tratar solo los proyectos que había incluido la oposición en el temario cuando pidieron la sesión.
Son pocas las reuniones de este estilo que se han llevado a cabo desde que Cristina Kirchner preside el Senado. En la oposición desconfían y analizan estrategias. “El oficialismo se acuerda de la palabra acuerdo tarde y nadie les puede creer. Acordar no está en su ADN. La confrontación fue la lógica con la que se manejaron siempre. Tienen que asumir que son oficialismo”, afirmó el jefe del bloque radical Luis Naidenoff.
Si los cinco peronistas disidentes se juntan con los 33 senadores que responden a la principal coalición opositora, tendrían el número suficiente para alcanzar el quórum (37 presentes) y para aprobar los proyectos aún cuando el oficialismo se oponga.
Mientras no haya consenso, por reglamento, Cristina está obligada a convocar a todas las sesiones que le pidan. El artículo 20 estipula que la presidenta “luego de recibir la petición, dispondrá la respectiva citación para el día y hora que mejor estime, si no los ha señalado el cuerpo, según sea el asunto o las circunstancias del caso”.
Un grupo de legisladores abandonó el bloque oficialista en el Senado y dejó sin el control de la Cámara alta a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Se trata de los senadores Guillermo Snopek, María Eugenia Catalfamo, Carlos Espínola y Edgardo Kueider, quienes dejaron el Frente de Todos con duras críticas al Gobierno. De este modo, los cuatro legisladores, junto a Alejandra Vigo, senadora de Córdoba Federal y esposa del gobernador cordobés Juan Schiaretti, acordaron conformar una nueva bancada que tendrá por nombre Unidad Federal.
Ante la fractura, el kirchnerismo deberá negociar con varios bloques para lograr aporbar cada proyecto presentado.
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