Massa busca acercarse al ballotage con medidas sobre la inflación y la estimulación del consumo.

El candidato estará mayormente enfocado en la gestión económica en este momento, con el objetivo de competir con Patricia Bullrich en las elecciones. La insatisfacción social actual se refleja en el respaldo a Milei en las votaciones.

La depreciación del tipo de cambio oficial y el crecimiento de la brecha están causando problemas en un agosto que será nuevamente histórico, como ocurrió hace cuatro años. La inflación de este mes se espera que sea al menos del 12%, pero no se descarta que llegue al 15%, afectando así los sueldos.

En este contexto, ningún gobierno tendría una tarea sencilla para ganar las elecciones. Sin embargo, Sergio Massa no se rinde. Con la ayuda de un préstamo de USD 7.500 millones del FMI, busca tener influencia en el mercado cambiario y prevenir una nueva subida en el valor del dólar en el mercado financiero. Aunque el tipo de cambio libre se mantuvo relativamente estable, otras formas de cambio tuvieron fluctuaciones.

El FMI ha señalado que la economía argentina es altamente vulnerable debido a la falta de reservas internacionales y la incertidumbre política reinante.

En la actualidad, quien más se beneficia de la frágil situación económica es claramente Javier Milei, quien parece estar consolidando su liderazgo en las elecciones presidenciales. Su victoria en las PASO se basó en el “voto bronca” y el deterioro económico está mejorando sus posibilidades. Incluso se especula con la idea de que podría ganar en la primera vuelta si logra alcanzar un mínimo del 40% y superar al segundo por más de 10 puntos.

Massa está apostando a obtener el segundo lugar en las elecciones para enfrentarse directamente a Milei en una segunda vuelta, lo que requeriría vencer primero a Patricia Bullrich. Sin embargo, Bullrich enfrenta dificultades ya que está perdiendo votantes tanto ante el candidato libertario como dentro de su propio partido, y le cuesta atraer a los votantes de su mismo espacio político.

Según los análisis de economistas como Victoria Giarrizzo, la inflación aumentó un 8,5% solo en la semana después de las PASO, y los alimentos subieron un 11%.

Con el escenario de este mes ya desarrollado, la atención se dirige a suavizar el impacto en septiembre, aunque se espera que haya fuertes incrementos adicionales al comienzo del próximo mes. Entre las medidas próximas se contempla una reducción de impuestos para las empresas que acuerden limitar los aumentos de precios.

Las advertencias a las empresas para que controlen los aumentos y no se queden sin acceso al mercado cambiario han perdido efectividad, debido a la caída en la venta de dólares al tipo de cambio oficial y al aumento de la deuda del Banco Central con importadores.

El objetivo del “Massa candidato” es que el ministro de Economía implemente medidas para aumentar los ingresos, incluyendo bonos para empleados y jubilados, así como préstamos subsidiados para impulsar el consumo y reducir las deudas de las empresas.

En cuanto al compromiso con el FMI de reducir el déficit primario al 1,9%, no está claro si estas acciones de mayor gasto son coherentes con esa meta. Lograrlo será difícil, ya que se necesitaría una reducción sustancial de gastos, recortes en subsidios y un aumento en la recaudación.

La evolución de la economía en los próximos meses definirá varios aspectos clave de las elecciones, como si Milei podría ganar en la primera vuelta, si Massa logra entrar en el balotaje o si Bullrich puede reposicionarse para competir en la segunda vuelta.

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