El “Síndrome PASO” está generando una mayor presión sobre el dólar y la inflación, pero el “trade electoral” aún se mantiene vigente.

El anuncio del principio de acuerdo entre el FMI y Argentina no logró convencer a los inversores, ya que se notó una redacción apresurada y con falta de precisiones. Las medidas cambiarias basadas en mayor presión impositiva tampoco tuvieron el efecto esperado, lo que se reflejó en el aumento del dólar libre, superando la barrera de los 550 pesos por primera vez.

El próximo desembolso del FMI no llegaría hasta mediados de agosto, lo que implica que el Banco Central deberá utilizar gran parte de sus exiguas reservas, más de USD 3.200 millones, para enfrentar los vencimientos con el organismo la semana que viene. La falta de resolución del “staff report” y la caída de las reservas, junto con la emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal, han provocado una renovada presión cambiaria desde el inicio de julio.

El aumento del dólar en lo que va del mes ha sido cercano al 12%, superando la inflación proyectada. Sin embargo, el tipo de cambio ha estado acompañando de cerca la inflación durante el año, acumulando un incremento de aproximadamente el 58% en siete meses.

El “Síndrome PASO” y la cercanía de las elecciones están generando incertidumbre entre los inversores, quienes han optado por medidas defensivas y la dolarización de sus carteras. El recuerdo del impacto de las PASO 2019 sigue presente, lo que contribuye a la cautela en la previa a las elecciones.

El aumento del dólar y la brecha cambiaria, que supera nuevamente el 100%, presionarán sobre los precios y podrían afectar la inflación, que anteriormente apuntaba a perforar el 7% en julio.

A pesar de la volatilidad actual, el “trade electoral” aún se mantiene vigente para los inversores, quienes esperan un recambio político en diciembre, la unificación del tipo de cambio y el acceso a los mercados financieros. La expectativa de una cosecha favorable el próximo año y un superávit comercial también impulsan la confianza de los mercados, que continúan apostando a favor, especialmente en bonos y acciones bancarias.

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