Boca en semifinales de Libertadores tras vencer a Racing por penales.

El equipo de Gago tuvo el control en Avellaneda, pero enfrentó dificultades para anotar, similar a lo que experimentó el equipo de Almirón en el primer enfrentamiento. Con los arcos cerrados, el desenlace lógico fue una tanda de penales, y Romero reforzó aún más su posición. Ahora, en las semifinales, aguarda Palmeiras, que eliminó a Deportivo Pereira.

Según la información de Google, apenas cinco kilómetros separan La Boca de Avellaneda. Sin embargo, parece que el buscador subestima la magnitud del cambio entre lo ocurrido en La Bombonera la semana pasada y el partido de este miércoles en el Cilindro. Boca y Racing intercambiaron sus papeles, convirtiéndose en el dominado en la revancha después de haber dominado en la ida. La serie estuvo tan igualada y los goles tan escasos que la única conclusión posible fue decidirse en una serie de penales. En esta instancia, Boca tenía una ventaja crucial: su portero, Sergio, conocido como Chiquito.

Uno de los puntos sobresalientes del partido fue la actuación de Maxi Romero, el sustituto de Roger Martínez. Los aficionados de Racing aplacaron las críticas que el delantero había estado enfrentando en sus últimos juegos y lo ovacionaron antes del partido. Sin embargo, a los dos minutos, tuvo una oportunidad para redimirse tras un pase magistral del joven Ojeda. Pero al enfrentarse a Sergio, su tocayo, remató con la zurda y golpeó el poste. Para su alivio, el asistente arbitral, que levantó su bandera rápidamente, señaló un fuera de juego… lo cual resultó ser incorrecto. Racing perdió la posibilidad de tomar la delantera y Boca agotó su “vidita” extra.

La Academia dominó durante la primera mitad, impulsada por la entrada de Nardoni en el mediocampo. Este centrocampista resultó esencial para engrasar el toque de balón en su área y ayudar en la marca al jugador más destacado del partido, Aníbal Moreno. “Animal” justificó su apodo al sobresalir entre sus compañeros de Boca.

Para describir el desempeño de Boca, sería necesario inventar un antónimo para “dominio”. Así que se podría decir que las aguas de Boca estuvieron agitadas, al menos, ante los ataques constantes del equipo local. Los defensores intercambiaban recriminaciones mientras Almirón, desde el campo, daba instrucciones a diestra y siniestra, verbalmente y con señales, incluso podría haber intentado con el código morse. La actuación más destacada de Boca fue la de Cavani. El uruguayo, inteligentemente, se replegó para colaborar cuando su equipo lo necesitaba, pero luego volvía a su posición original.

El primer tiempo fue tan contundente que Almirón se vio obligado a realizar cambios: salieron Merentiel y Valentini, y entraron Weigandt y Janson, con un cambio de esquema a cuatro defensores. Los cambios le sentaron bien a Boca (Cavani desperdició una oportunidad clara contra Arias y Weigandt destacó) pero la salida de Moreno por lesión favoreció aún más al visitante. El equipo local perdió ánimo y la visita mejoró considerablemente, como había sucedido en el primer partido con la lesión de Barco. Escenas parecidas.

Luego fue el turno de Gago para realizar cambios. La multitud coreaba “Roger, Roger”, pero parece que el colombiano, que se lesionó en octavos, fue una especie de señuelo en el banquillo (jugó unos minutos). Ingresaron Almendra y Hauche, y Quintero continuó en el campo, con la confianza del entrenador en su historial copero. El exjugador de River, a pesar de no estar en su mejor forma física, jugó todo el partido y casi lideró a su equipo.

Boca tenía más posesión, pero, satisfecho con el menú, Almirón solicitó la cuenta enviando a Campuzano al campo (mientras Barco seguía esperando), y el resultado final fue una definición digna del Coliseo: los penales. Romero detuvo los disparos de Piovi y Sigali (Quintero convirtió), mientras que en Boca no fallaron ninguno (Zeballos, Janson, Cavani y Rojo). De esta manera, Boca vuelve a estar entre los mejores cuatro de América, a pesar de no haber ganado ninguno de sus partidos de octavos y cuartos de final.

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