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La declaración indagatoria de Elián “L-Gante” Valenzuela duró alrededor de dos horas. El cantante, que está acusado de los delitos de privación ilegítima de la libertad, amenazasagravadas por el uso de arma de fuego y tenencia de estupefacientes, aceptó hablar en la sede de la UFI N° 9 de General Rodríguez, pero se negó a responder preguntas del fiscal Raúl Villalba. Tampoco quiso firmar el acta. Su decisión fue, simplemente, contar su versión de los hechos de lo ocurrido la noche del 27 de mayo y defenderse de las acusaciones, representado por su histórico abogado, Alejandro Cipolla.
“Yo solo quería hablar de macho a macho”, lanzó.
Infobae accedió a su declaración completa. El músico recordó que en la madrugada de aquel día realizó un espectáculo en un boliche porteño. En el mismo momento, sus mejores amigos, a quien él llama “La Mafilia”, disfrutaba de la noche en la discoteca Río de General Rodríguez, de donde es oriundo el trapero y su círculo íntimo.
Ese grupo tuvo un altercado en la puerta del local nocturno. Sucedió que uno de los amigos de L-Gante se subió a su auto, que estaba estacionado sobre la vereda, y avanzó sin bajar a la calle. A raíz de esto, casi atropella a una vecina de la zona de 53 años. Al ver la situación, G.T., otro vecino, protagonizó una discusión con los amigos del músico.
Mientras ocurrían los disturbios, el referente de la Cumbia 420 regresaba a General Rodríguez y se comunicaba con “La Mafilia” para “seguir de fiesta en la casa del barrio”. “Cuando yo digo que voy a ir para allá, me entero de que había surgido esta pelea en el boliche. Me comentaron que esta gente, G.T., sus familiares, los funcionarios municipales, R. (la mujer de 53 años) tuvieron una pelea con mis amigos”, relató este jueves ante el fiscal y agregó: “Hicieron un acto de vandalismo hacia un auto de un amigo mío. Esto es lo que me comentaron”.
El detenido contó que sus amigos lo fueron a esperar en la puerta de su vivienda del barrio Bicentenario para interiorizarlo sobre el incidente. Según aseguró, le dijeron que tenían un video en el que “se puede ver a la hija de G.T. gritando: ‘No le tenemos miedo a Elián’”.
Al llegar a General Rodríguez, frenó en un kiosco a comprar cigarrillos. En ese momento, se cruzó con un móvil policial y se le ocurrió preguntar si los policías sabían algo. “Se acercó el patrullero, se bajó un oficial y antes de que yo le dijera algo él me dice: ‘Sí, ya sé, es por el quilombo de tu casa del barrio’. Al decirme eso, arrancamos a la vez, varios patrulleros y yo en el BMW blanco”.
L-Gante señaló que llegaron al mismo tiempo junto a los policías, pero él luego se desvió y justo vio a G.T. acompañado de otras personas. “Frené a la altura de su casa. Ahí se me acercaron sus hijos, su esposa y demás gente que lo acompañaba en el boliche y en la pelea que tuvieron”. Entonces, de acuerdo a su relato, sus vecinos lo increparon: “Se acercaron a la ventana y fue un alboroto de que todos querían hablar a la misma vez, me querían hablar. Yo jamás bajé del auto”.
“Mi reacción ahí era ignorar a sus hijos, esposa y demás personas, yo solo quería hablar con G.T. de macho a macho, esas fueron mis palabras. A la vez, le preguntaba quién había tirado tiros en mi casa, a lo que respondían que ellos no tienen armas. A todas esas palabras, una encima de la otra, G.T. se sube del lado derecho de la parte trasera del BM”.
L-Gante afirmó que el denunciante se subió por sus medios a su vehículo. “Entonces arranco el auto. Comenzamos a hablar con G.T.. Le preguntaba qué fue lo que pasó, quiénes se pelearon y el por qué. Él me dijo: ‘Vamos a lo de R’. Cuando llegamos, estaba ella y le digo a R. que si podía ascender al auto, así teníamos esta charla y yo lograr comprender cuál era el conflicto que había sucedido mientras no estaba. Que también era lo que G.T. quería lograr, aclarar las cosas”.
El músico subrayó que tanto R. como G.T. se subieron a su auto “por su propia voluntad”. “Luego de partir de la casa de R., paso por mi casa donde estaban todos los patrulleros y mis amigos, hablo con la Policía. Estando G.T. y R. y un pibe que me traje del boliche que me estaba acompañando en el auto, le digo por la ventana y en forma chistosa ‘el que estaba haciendo quilombo es este’, señalando a G.T. que estaba atrás”. Ante ese comentario, aseguró el detenido, todos “se rieron” y después continuaron la marcha.
“Esta vez nos dirigimos al lado céntrico de Rodríguez, tomando el recorrido del paso a nivel de la zona del cementerio de General Rodríguez. A todo esto charlando. Yo notaba a R. muy presionada, porque lo sé y porque ella misma me lo hizo saber, de que estaba a favor de las palabras de G.T., por temor a que G.T. la deje sin trabajo”.
“A todo esto, charla y discusión entre ellos, llega un momento en el recorrido que tomo Ruta 6 para retomar el recorrido con dirección a Rodríguez nuevamente, pero por del lado de Acceso Oeste”, indicó el músico. “Si mi memoria no falla, bajé de Acceso Oeste en la bajada que esta a la altura de la estación de servicio Puma y la fábrica de La Serenísima, de los camiones. El semáforo estaba sin funcionamiento y en el cruce del semáforo había un control policial, que estaban los conos, el patrullero y un solo personal vi yo en ese operativo, al cual no era la intención frenar ahí”, relató.
El detalle del camino que tomó no es menor: los investigadores del caso, a cargo de la UFI N°9 y la Ayudantía de Delitos Complejos de Moreno – General Rodríguez, dieron entidad a la denuncia presentada contra L-Gante debido a que la declaración de las víctimas coincidía con imágenes de cámaras de seguridad y el análisis de antenas de telefonía celular.
“Seguimos”, continuó. “Pasé por el exterior de la DDI y en todo ese recorrido -ya una vez que habíamos bajado el Acceso Oeste, veníamos charlando lo mas bien- ya nadie estaba nervioso ni nada”, describió.
“Llegamos a la estación de servicio YPF, la cual al lado derecho tiene una agencia de remises de nombre A.C., al ya haber hecho las pases, supuestamente, y haber aclarado todo lo que era una discusión de G.T. y R. y lo que G. T. me decía a mí, yo dije: “Bueno, no me importa, quería saber como había sido todo”, dijo sobre el episodio.
“Me dijeron que no me haga drama”, aseguró y agregó: “Les dije: “Bueno, los bajo acá si no hay problema”. Me dijeron que no, le doy cuatro mil pesos, primero desciende G.T. Yo le doy los cuatro mil pesos a R., y vuelvo a encender el vehículo y me vuelvo a mi casa del country”, afirmó.
Según el músico, creyó que el incidente había finalizado en ese momento. “Entro a mi casa, o sea al barrio privado, y ahí fue que descendí del vehículo y me fui a dormir en mi casa. Serían tipo nueve u ocho de la mañana”, indicó.
Al día siguiente, L-Gante se levantó durante la tarde. “Me despierto y voy al barrio Bicentenario, pasé por la barbería de mi amigo, que es en frente de mi casa, y ahí me habrían llegado los rumores de que todo este conflicto había tomado una exageración (sic) y había sido llevado a la legalidad y problemas judiciales. Con esos rumores me enteré que fueron a denunciar y a decir esto”, mencionó sobre cómo supo de la denuncia.
De acuerdo a su versión, al enterarse “de los rumores”, el creador de la cumbia 420 decidió ir a la casa de su amigo apodado “El Marihuana”, es decir, a la casa de R. “Me encontré con M. y le dije si quería venir a dar unas vueltas conmigo. En el momento que estoy partiendo de la casa de él, R. venía caminando por la esquina hacia su casa”.
“Yo ya iba circulando, no recuerdo si estaba en moto o en auto, creo que iba en moto, si. Freno a saludar a R. y, en ese momento, le digo: “Qué quilombo el de ayer”. Y ella me dice: “Si, G.T. me vino a buscar para ir a hacerte la denuncia y que yo de mi declaración”.
Ante esa revelación, el cantante preguntó: “¿En serio? ¿Y qué declaraste?” “R. me cuenta su declaración, su supuesta declaración, diciéndome que G.T. la había ido a buscar para denunciarme y le dijo quétenía qué decir: que yo tenía olor a alcohol, que estaba alterado y que tenía un arma”, comentó.
En ese momento, ante el fiscal, L-Gante habló de cómo, según él, el denunciante había cambiado los hechos para perjudicarlo.
“Creo yo que si una persona estaba obligada… Tranquilamente tuvo la oportunidad de decirle algo a los policías, ya que habíamos frenado ahí”, recordó sobre el momento que pasaron por la DDI.
“También R. me dijo que había declarado que yo amenazaba con golpear a G.T., pero que en ningún momento le había dado un golpe o algún contacto. Que eso había sido lo que querían que diga y lo que dijo. Yo no le dije nada a R., aunque por dentro no lo podía creer y volví hacia la barbería, pase la tarde ahí, con mi hija”.
Señaló que M., otro testigo en la causa, también mintió en su declaración por el mismo motivo que R. “Lo que dio a entender M. en su declaración,-lo que me hirió sentimentalmente por mi amistad con él- es que estaba junto a G.T., tratando de resolver el conflicto de quien había hecho los disparos”.
Luego, dio algunas impresiones sobre la pelea entre los dos grupos. Y siguió: ”Llega el momento en el que llegaba yo, por un lado, y por otro lado, los patrulleros de color rojo”. “Si yo me pongo a estudiar como fue todo, G.T. e hijos y demás personas estaban cruzando la plaza dirigiéndose hacia su casa, mientras señalaba a los patrulleros mi casa, que ese fue el momento que yo me detengo en la calle, y logro tener el encuentro con G.T.. Lo demás esta todo explicado previamente”, manifestó sobre el incidente que desembocó en su detención.
L-Gante aclaró que la familia del denunciante “eran de extrema confianza mía y conocidos, convertidos en familia amiga desde el momento que yo llegue al barrio”. Aseguró que la esposa de G.T. es “una de mis seguidoras numero uno, o lo era, participa en videos que están a estrenar, míos”.
Para el músico G.T. era “como un padre” pero que, en los últimos meses, “cada acercamiento que hizo fue para pedirme dinero, para pedirme que lo acompañe en ollas populares, para pedirme que lo acompañe a regalar golosinas, junto al intendente el día de los Reyes Magos y para hacer campaña política junto a él y sus superiores”, afirmó.
L-Gante dijo que “siempre se negó” a esas peticiones, para evitar ser vinculado o relacionado con esos funcionarios municipales o “añadir más problemas a mi legado artístico”.
Por último, el joven de 23 años- que no respondió preguntas de la fiscalía ni facilitó la clave de su celular- negó tener problemas de adicciones, aunque admitió ser “consumidor de marihuana”.
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