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Daniela Cortés ingresó a la UFI N°2 de Lomas de Zamora en la mañana del martes 28 de abril de 2020. La mujer colombiana, se presentó diciendo que era la novia del jugador de Boca Sebastián Villa, que convivía con él en el country Saint Thomas de Canning y que quería hacer una denuncia. A los pocos minutos estaba sentada frente a la fiscal Verónica Pérez, realizando un relato pormenorizado de lo que había vivido los últimos días. Contó que el futbolista la había insultado, que la había golpeado, sacudido y que había amenazado con matar a toda su familia. Mostró fotos de su rostro ensangrentado y, de esa manera, comenzó la causa.
Hoy a la mañana, por estos hechos, Villa fue finalmente condenado por el Juzgado N°2 de Lomas de Zamora. La estrella xeneize recibió dos años y un mes de prisión, de ejecución condicional, por los delitos de lesiones leves y amenazas. No irá preso, pero la jueza Susana Dávalos le impuso una serie de pautas para mantener su libertad. Al oír la pena, dejó el tribunal con lágrimas en los ojos. Su defensor, el abogado Martín Apolo, había pedido la absolución.
A lo largo de tres años de investigación, el expediente se nutrió de distintas pruebas como testimonios, chats, audios, fotografías y pericias de todo tipo
Dentro del extenso mosaico de prueba que tuvo el expediente, lo primero que resaltó fue el propio testimonio de Daniela. En la declaración, hecha la misma mañana de la denuncia, Cortés aseguró que, la noche anterior, se encontraba en su hogar junto al delantero, de 23 años en ese entonces, hasta que comenzaron a discutir y el futbolista la echó de la propiedad. “Luego, Sebastián se acercó y me propinó un golpe de puño en la cara, a la altura de la frente, del lado izquierdo. Además, me tomó fuertemente de mis cabellos y me zamarreó fuertemente agarrándome de ambos brazos”, indicó.
En su testimonio, la joven afirmó que “se siente amedrentada y teme por su integridad física”, mientras que señaló que era la primera vez que denunciaba estas acciones por parte del jugador, pero que estos episodios no eran nuevos.
Esa misma tarde de aquel 28 de abril pandémico, mientras la fiscal Pérez seguía recibiendo declaraciones testimoniales vía Zoom, el juez Javier Mafucci Moore ordenó una exclusión del hogar y una perimetral para el futbolista.
“Disponer la exclusión de Sebastián Villa Cano del hogar familiar, sito en el barrio privado Saint Thomas, de la localidad de CANNING, así como imponerle la prohibición de ingreso a ese barrio y mantener con Daniela Cortes y/o sus familiares cualquier tipo de contacto”
Luego de eso y en los días siguientes, uno de los primeros elementos que presentó Cortes en la causa, acompañada por su abogado Fernando Burlando, fueron una serie de fotografías que ella misma se había sacado, segundos después de las agresiones que denunció. En ellas se la veía con el rostro sangrando.
A eso se sumaron las conclusiones del informe médico legal que se le practicó a Daniela, que constató lesiones como “edema y eritema en frente lado derecho, equimosis en brazo derecho cara interna símil lesión que deja la digitopresión y equimosis en raíz de muslo izquierdo”.
Boca decidió en ese 2020, suspender preventivamente al jugador hasta que “la Justicia se expida”. Como era obvio, los tiempos judiciales y del futbol son incompatibles y, cuando el club de la ribera lo necesitó, Villa volvió a ponerse los botines. Aquella suspensión duró algunos meses.
Nuevamente en el plano legal, Burlando aportó a la causa una serie de chats que Villa tuvo con Cinthya Cortés, la hermana de la víctima. En un cruce de mensajes del 8 de enero de 2019 el futbolista admite: “No sé qué me pasó, se me fueron las luces”. Mientras que, en otro, algunos días después, la hermana de la víctima le dice “no sos nadie para que le pegues” y él responde “sí, está bien”.
Casi un mes después de la denuncia, la Justicia citó a indagatoria a Villa. Allí, junto a su abogado Martín Apolo, el extremo colombiano dijo ser inocente una y otra vez: “Primero que todo quiero aclarar que en ningún momento generé ningún tipo de violencia contra Daniela Cortés ni física ni psíquicamente, que en ningún momento amenacé a Daniela ni a nadie de su familia, con quien tenía una excelente relación y que niego todos los cargos que se me imputan”.
En otro tramo de su declaración, en la que no estaba obligado a decir la verdad, el futbolista señaló: “Yo nunca la maltraté, siempre quise lo mejor para ella, siempre fui romántico con ella, contrataba los chefs para que fueran a nuestra casa y ella tuviera una cena romántica, yo nunca le haría daño a ella ni a su familia”.
El 16 de mayo de ese año, se produjo otra declaración importante. En esa oportunidad, la que habló, via Zoom y desde Colombia, fue una administradora de negocios internacionales y amiga de Cortés desde los 14 años. En su relato, señaló: “Hace dos años Daniela viene contándome sucesos de maltrato, siempre después de cada suceso me contaba. Siempre en los chats me contaba de que ya estaba cansada de que pasara lo mismo, me mandaba incluso las fotografías de las golpizas”. En su declaración también indicó que, en las comunicaciones, Daniela tenía “sangre de las golpizas”.
Según sus dichos, Cortés y Villa llevan tres años en pareja, y los problemas comenzaron cuando vinieron a vivir a la Argentina. “Daniela me llamaba muy mal después de cada golpiza, ella se escondía en el baño a contarme que la había golpeado, me mandaba esas fotografías impactantes, con sangre, pidiéndome un consejo que yo no sabía cómo dárselo, me sentía impotente, simplemente le decía que lo dejara que no iba a cambiar”, concluyó en ese momento.
Se le realizó una pericia psicológica a la víctima, a cargo de dos profesionales de la Asesoría Pericial de Lomas de Zamora que determinaron, en un informe presentado a la fiscal, que la mujer no mentía. Incluso, en una escala de 0 a 14 puntuaron sus palabras en 11 puntos de veracidad, lo que los expertos evaluaron como elevado.
En paralelo a la causa penal, se desarrolló también un juicio civil. Ese expediente tuvo su resolución a mediados del 2021. Ambas partes llegaron a un acuerdo extrajudicial que incluía el apartamiento de Burlando como abogado y sumaba, desde ya, una importante cantidad de dinero.
“Nosotros decidimos dar un paso al costado para que Daniela pueda cerrar ese acuerdo que le correspondía y forma parte de sus derechos. Pero no la abandonamos, seguimos a su lado aunque formalmente fuera del expediente”, decía en ese momento Burlando en declaraciones a este medio.
El 4 de junio de ese 2021, el juez de primera instancia Mafucci Moore elevó la causa a juicio y, a pesar de la oposición de la defensa del futbolista, el 30 de ese mes la Sala III de la Cámara de Lomas de Zamora confirmó la elevación.
Casi un año después de esa situación, Villa recibió un ofrecimiento por parte de la justicia. El fiscal Sergio Anauati, el mismo que llevó adelante la acusación en el debate oral que terminó hoy, le ofreció al delantero la posibilidad de acceder a un juicio abreviado. Ese acuerdo implicaba que Villa aceptara su culpabilidad a cambio de una pena en suspenso de dos años.
El defensor del futbolista, Martín Apolo, rechazó el acuerdo y todo quedó encaminado al juicio oral.
Finalmente, y luego de casi dos años de espera, el juicio contra Sebastián Villa comenzó el 17 de abril pasado. Por la sala de audiencias de los tribunales de Lomas de Zamora desfilaron decenas de testigos y se expusieron centenares de evidencias. Daniela Cortés declaró vía Zoom desde Colombia y siguió el desarrollo desde su país natal. Ratificó todo lo que había dicho en un primer momento.
Durante el debate, se expusieron las pruebas que constaban en el expediente, pero se sumaron otras. Por ejemplo, la jueza Dávalos aceptó que una perito, por parte de la defensa, viajara a Colombia para realizarle a al víctima una nueva pericia psiquiátrica. Eso demoró los tiempos, pero finalmente el documento se anexó a la causa.
En sus alegatos finales, tanto el fiscal Sergio Anauati, como el defensor de Villa, Martín Apolo, expusieron sus posturas
El representante del Ministerio Público Fiscal fue el primero en exponer, el 17 de mayo pasado, y comenzó su monólogo con una frase contundente: “Es imprescindible que se valore en esta causa que hubo violencia en todas sus formas hacía la mujer”. Luego, amplió aclarando que Villa le dijo en retiradas oportunidades que se vaya de la casa que si no iba a terminar con la vida de ella y de su familia. Además, el fiscal aseguró que se “acreditaron golpes de puño en la frente de la víctima con un anillo que usa el imputado”.
El fiscal realizó un análisis de todas las pruebas y concluyó que, esas evidencias, mostraron una “escalada en la violencia”. Para el fiscal primero “empezaron los celos”y, luego, el delantero de Boca “se ponía cada vez más violento, sobre todo cuando tomaba alcohol”.
“La víctima sólo compartió estos actos de violencia con su hermana y su amiga Erika, ya que tenía miedo de lo que Villa pudiera hacerle a su familia en Colombia”,siguió el fiscal en relación a las amenazas que, según declaró Cortes desde el primer día, recibió de parte del futbolista.
El pedido por parte de la fiscalía fue que se lo condene a Villa a la pena de 2 años y 3 meses.
Por su parte, Apolo aseguró que su cliente era inocente. Con Villa sentado en la sala de audiencias, el letrado inició su alocución expresando que el deportista es “una persona extraordinaria”. Luego se refirió a los orígenes humildes, del contexto en el que fue criado y que “está sentado en este juicio por ser un jugador de fútbol de alta exposición”.
Luego, el abogado se involucró de lleno en el caso al calificar la denuncia de Cortés como “falsa”: “La palabra de la persona que denuncia no es una prueba acabada. Y este, es uno de esos casos. Ella aprovechó el sesgo de género para realizar esta denuncia. Acá se busca probar algo que no sucedió”.
Apolo continuó con otras consideraciones generales sobre la violencia de género: “La llamada violencia de género es muchas veces tergiversada, y no se tienen en cuenta las pruebas presentadas por el hombre”. Luego hizo mención, por fin, a la denuncia en particular: “Ese 27 de abril de 2020, Villa le dijo a Cortés que no quería seguir con la relación y fue allí cuando Cortés comenzó a chantajearlo”.
El martes pasado, Sebastián Villa pronunció sus últimas palabras. Dijo: “Soy una excelente persona, nunca le haría daño a Daniela. Soy un buen hijo, un buen hermano. Creo en Dios. Espero que todo salga bien. Soy inocente”.
Hoy la justicia habló y condenó a Villa a 2 años y 1 mes de prisión condicional.
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