Tenso debate entre candidatos a vicepresidente a pocas semanas de la elección presidencial.

A menos de dos semanas de que se defina la fórmula presidencial que asumirá el mando el próximo 10 de diciembre, los candidatos a vicepresidente de Unión por la Patria (UP), Agustín Rossi, y La Libertad Avanza (LLA), Victoria Villarruel, protagonizaron un tenso debate caracterizado por desacuerdos, interrupciones y descontento mutuo. Los temas centrales del debate giraron en torno a Economía y Trabajo, Seguridad y Defensa, Salud, Educación y Políticas Públicas, y Justicia, Derechos Humanos y Transparencia.

Ambos candidatos se esforzaron por diferenciarse y destacar sus respectivas propuestas, lo que resultó en un ambiente de debate acalorado. Agustín Rossi afirmó que intentaron transmitir propuestas y debatir iniciativas, considerando que las propuestas de su partido fueron más contundentes que las de su competidora, aunque reconoció que la sociedad en su conjunto será quien decida.

Victoria Villarruel, por su parte, se autoproclamó ganadora del debate al afirmar que logró representar la voz del ciudadano común y enfatizó que su partido ya había ganado al cambiar el discurso político y económico en solo dos años. Polarizó la contienda con el oficialismo y sugirió que su motivación era la pasión, mientras que sus oponentes se movían por intereses comerciales.

A pesar de las tensiones en el debate, ambas partes se mostraron conformes con sus respectivas actuaciones. Los nombres destacados en el debate de Rossi incluyeron a figuras importantes dentro del peronismo, mientras que Villarruel llegó acompañada por su equipo de trabajo, refutando supuestos quiebres en el espacio libertario.

El estilo de campaña de ambos partidos se mantuvo en el debate, con un enfoque en diferenciarse y presionar a su rival. Las interrupciones y disputas se hicieron evidentes, y Villarruel provocó quejas al acusársele de haber interrumpido a Rossi durante su tiempo de intervención.

Las divisiones entre los seguidores de ambas candidaturas se hicieron visibles en la audiencia presente en el debate, reflejando la polarización que caracteriza la elección. A pesar de las tensiones, el encuentro finalizó con un llamado a la unidad interna de cada partido y una clara división en la audiencia que expresaba su apoyo a uno u otro candidato.