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Una mañana despertamos y todo se tiñó de rosa. Desde los afiches en las calles hasta los reels en las redes, el logo de Google y las imágenes en la televisión. Cuando frotamos nuestros ojos, sorprendentemente, Barbie cobró vida y Messi se convirtió en un muñeco, todo en un impresionante tono rosa.
Ambos representan algo más que su apariencia física.
Barbie es la muñeca más famosa del mundo, siempre evolucionando y modernizándose, a pesar de haber sido creada en 1959. A lo largo de los años, ha satisfecho a fieles seguidores y nuevos admiradores, a pesar de las polémicas históricas relacionadas con su figura irreal a escala humana. Ha encarnado diversas identidades, como Barbie asiática, africana, latina o con discapacidad, conectándose con los deseos personales de sus fanáticos.
Barbie es un fenómeno masivo, pero también es una experiencia íntima para aquellos que han jugado con ella durante más de 64 años. Su versión cinematográfica fue un éxito con más de un millón de espectadores en Argentina y recaudó 337 millones de dólares en todo el mundo en un solo fin de semana. La empresa Mattel supo comprender su potencial viral décadas antes de que existieran las redes sociales y se adaptó a las tendencias del momento.
Por otro lado, Messi es el futbolista más reconocido a nivel mundial, pero ha evolucionado más allá de su carrera deportiva. Ahora es el campeón del Mundial que todos esperaban que ganara y se ha convertido en un líder global. Ya no solo representa al Barcelona o al PSG, sino que el Inter Miami es ahora Messi. El club se ha fusionado con la figura del jugador.
El Inter Miami, aunque fundado hace solo 5 años y con un estadio similar en capacidad al de Platense, se ha convertido en Messilandia debido a la popularidad y la atracción que Messi ha generado. La presencia de Messi ha llevado al equipo a romper récords de audiencia televisiva en Estados Unidos, convirtiéndose en el partido de fútbol más visto en la historia de la TV estadounidense.
Además de su impacto en el mundo del fútbol, Messi se ha convertido en un fenómeno global fuera de la cancha. Su vida fuera del campo, sus interacciones con su familia, su perro, y su esposa, Antonela, son seguidas por millones de personas en las redes sociales. Su imagen ha sido vinculada a Apple, lo que ha llevado a comparaciones con la asociación que Nike tuvo con Michael Jordan.
Tanto Barbie como Messi han alcanzado un estatus de íconos culturales que van más allá de sus roles originales como juguetes y futbolista. Ambos representan más que su apariencia externa, simbolizando sueños, aspiraciones y negocios. La película de Barbie y el impacto global de Messi en el fútbol son ejemplos de cómo ambos personajes se han adaptado y conectado con la cultura actual, convirtiéndose en figuras queridas y admiradas en todo el mundo.
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