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Fue una declaración impactante que, una vez expresada, intentó ser suavizada y corregida. Esta frase describe de manera elocuente la situación actual en las negociaciones de la “Ley Ómnibus”. Actualmente, las relaciones entre los gobernadores y el presidente Javier Milei, junto con sus representantes, están tensas. A pesar de necesitar el respaldo de los gobernadores para la aprobación de los artículos, especialmente los más conflictivos, la orden es no ceder.
Los gobernadores son figuras clave en la trama de la “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, pero no son los únicos. También entran en juego los diputados del PRO, los de la UCR y el bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto, cuyas motivaciones individuales generan tensiones. Aunque cada uno tiene razones para sentirse agraviado, actualmente están llevando a cabo la difícil tarea de ser oposición sin adoptar posturas kirchneristas.
“Ya doy por perdido el diálogo”, afirmó uno de los gobernadores que desempeñó un papel crucial en las negociaciones de esta ley. Esta declaración coincidió con las señales provenientes de la Casa Rosada. Incluso el propio Milei, con una publicación que menospreciaba a los diputados, parece respaldar la teoría de que las negociaciones ya no son posibles.
Esta postura fue impuesta con firmeza por el presidente tanto hacia el exterior como dentro de su propio gobierno, anulando concesiones y limitando la autoridad de sus representantes, especialmente Guillermo Francos, el ministro del Interior. Francos, ubicado fuera del círculo íntimo del presidente, fue el más afectado en todo este proceso, especialmente después de una reunión en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) donde hubo divergencias en las interpretaciones.
Un gobernador describió sus sentimientos al comienzo de esta semana, crucial para la ley y para Milei, quien inicia su primera gira oficial mientras enfrenta el desafío de aprobar una ley con más de 300 artículos y más de 30 puntos de desacuerdo. La incertidumbre reina, ya que se espera que se abra un espacio de negociación entre hoy y mañana, especialmente en lo que respecta al Impuesto PAÍS, donde Milei insiste en no compartirlo con las provincias.
La preocupación se extiende a los diputados dialoguistas que no están alineados con los gobernadores, ya que son quienes plantean más cuestionamientos. Desde el oficialismo se preguntan con acidez a quién representan y critican su falta de acción a lo largo de los años.
En la votación en general, la “Ley Ómnibus” fue aprobada por un margen estrecho, y ahora la atención se centra en la votación en particular, donde la situación se presenta ajustada.
Mauricio Macri, desde su ubicación en Cumelén, Villa La Angostura, desempeñó un papel activo en alinear al bloque del PRO detrás de la aprobación en general. Esta experiencia ha servido a Macri para consolidar su nuevo rol como líder único del partido, respaldando la ley y posicionándose como un actor relevante en la oposición constructiva. La ley se presenta como fundamental para iniciar un cambio en Argentina, según Macri, quien advierte sobre aquellos que buscan mantener privilegios y aquellos decididos a avanzar hacia el cambio real.
La reaparición de Macri en la presidencia del PRO tiene como objetivo recuperar la identidad del partido y mantenerlo como una opción de poder y oposición constructiva, sin formar parte de un cogobierno con Milei. La aprobación de la “Ley Ómnibus” se convierte así en un escenario para destacar su nuevo rol. Con el respaldo de Macri, el PRO busca evitar la intrascendencia en la política argentina.
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