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La bomba estalló hace un mes por las declaraciones de Bernie Ecclestone en las que manifestó que Lewis Hamilton debería tener seis títulos de Fórmula 1 y no siete. El ex jefe de la Máxima apuntó al “Crashgate”, considerado el mayor escándalo en la historia de la categoría debido al recurso antideportivo de los popes del equipo Renault (hoy Alpine). No fue un auto fuera de reglamento o una maniobra en pista que perjudicó a otro piloto. Fue algo peor y esta es su historia.
El 28 de septiembre de 2008 la F1 disputó su primera carrera nocturna y fue en el estreno del Gran Premio de Singapur, que desde entonces se lleva a cabo en el circuito urbano de Marina Bay. Esa temporada Fernando Alonso regresó a Renault luego de un conflictivo año en McLaren con el entonces debutante Hamilton. Ambos pilotos de McLaren perdieron el título de 2007 a manos de Kimi Räikkönen y Ferrari, el último de Pilotos logrado por la Scuderia.
El jefe del equipo Renault era Flavio Briatore, uno de los artífices de la campaña de Alonso dentro de la F1 y tras su debut en Minardi pasó a las huestes de Rombo. Pero aquel retorno de hace 15 años ya no fue en una escudería fuerte como la que el asturiano tuvo en 2005 y 2006, cuando batió nada menos que a Michael Schumacher que venía de cinco campeonatos al hilo con Ferrari entre 2000 y 2004.
El otro piloto de la escudería francesa era Nelsinho Piquet, hijo del tricampeón mundial y ahora “cuñado” de Max Verstappen. Piquet Junior ni por asomo heredó el talento de su padre, pero su apellido fue clave para el marketing. Por eso se lo promovió como piloto titular en 2008. En las primeras 14 carreras de esa temporada, el brasileño tuvo siete abandonos.
Con un futuro incierto para 2009, Piquet aceptó protagonizar un hecho que lo marcó de por vida. Briatore quiso redimirse con Alonso y antes de la carrera en Singapur, junto el director técnico, Pat Symonds, hablaron con Nelsinho, quien prestó su conformidad para llevar a cabo el plan que consistió en adelantar la parada de Alonso, obligar luego a un auto de seguridad para generar las detenciones de los pilotos que estaban adelante del español, que para esa carrera clasificó 15°.
La orden fue que debía chocar de forma deliberada para que se neutralizara la carrera. Con las detenciones, Alonso quedó primero y se llevó el triunfo en la primera carrera nocturna de la historia de la Máxima. Fue un hecho histórico, pero ese hito quedó en segundo plano cuando se reveló la estratagema de Briatore y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) le aplicó una suspensión perpetua al team manager italiano para ingresar a las carreras fiscalizadas por la entidad rectora. Sydmonds siguió trabajando en equipos de F1 y Nelsinho nunca más corrió en la categoría.
“Decidimos no hacer nada. Queríamos proteger el deporte y salvarlo de un escándalo enorme. Por aquel entonces, había una norma según la cual la clasificación de un campeón del mundo era intocable después de la ceremonia de entrega de premios de la FIA a final de año. Así que a Hamilton se le entregó la copa y todo fue bien”, reveló Ecclestone, en testimonios tomados por F1-Insider.
“Teníamos suficiente información en ese momento para investigar el asunto. Según los estatutos, deberíamos haber anulado la carrera de Singapur en esas condiciones. Eso significa que no habría repercutido para la clasificación del campeonato. Y Felipe Massa se habría convertido en campeón del mundo y no Lewis Hamilton”, confesó el magnate inglés, que en ese momento era el director ejecutivo de Formula One Management (FOM), la empresa que maneja los derechos comerciales de la F1 y que desde 2017 está a cargo de Liberty Media.
“Incluso hoy día todavía me da pena Massa. Lo siento por él. Al final, ganó la carrera de casa en San Pablo y lo hizo todo bien. Fue engañado y no se llevó el título que merecía, mientras que Hamilton tuvo toda la suerte del mundo y ganó su primer campeonato”, sentenció.
En la última carrera del año corrida en Brasil, Massa hizo todo para ser campeón y con el apoyo de la torcida ganó la carrera. Hizo delirar a casi 100 mil compatriotas y por 38 segundos Felipinho fue campeón. Ese lapso fue entre que Massa cruzó la meta y Hamilton completó la carrera. El inglés era sexto en la última vuelta y no le alcanzaba para consagrarse, hasta que faltando tres curvas superó a Timo Glock (Toyota), quien venía perdiendo ritmo. El quinto puesto final le alcanzó al británico que en ese momento se convirtió en el campeón mundial más joven de la historia con 23 años.
Hamilton llegó a 98 puntos y por uno le ganó a Massa. Pero si se hubiese anulado la carrera en Singapur, como plantea Ecclestone, no hubiese cosechado 6 puntos y la cuenta global a final de la temporada habría sido con 92 unidades para Lewis y 97 para Felipinho, que hubiese sido el campeón.
“Hoy habría hecho las cosas de otra manera. Por eso, para mí, Michael Schumacher sigue siendo el único campeón del mundo de récord, aunque las estadísticas digan lo contrario”, concluyó Ecclestone.
Algunos pensaron que Ecclestone tiró esa bomba para seguir promocionando su documental en Netflix, algo que logró. Cabe recordar la polémica que nació luego de reconocer un perjuicio a Carlos Alberto Reutemann en la definición de 1981 en la que el argentino perdió el título a manos de Piquet padre. La hija del Lole, Cora Reutemann, avisó que irá a la Justicia ordinaria para que su padre pueda ser considerado campeón. El reclamo se basa en anular la victoria de Piquet en el Gran Premio de la República Argentina porque su Brabham BT49 estaba fuera de reglamento por el sistema de suspensión hidroneumática que hacía que su auto baje la altura en pista, tenga mejor entrada de aire, menor resistencia al avance y más velocidad.
La respuesta de Massa se hizo esperar, pero en la última fecha del Stock Car de Brasil, donde corre con un Chevrolet del equipo Lubrax Podium, Felipinho disparó. “En primer lugar, esto es muy triste, descubrir que una carrera fue robada. Los castigos de (Flavio) Briatore y Pat Symonds sucedieron, mientras que con el resultado de algo que fue robado no pasó nada”, remarcó en diálogo con Motorsport.
“Hay una norma que decía que cuando se decidía un campeonato, a partir del momento en que el piloto recibía el trofeo de campeón, ya no se podían cambiar las cosas. Pero se demostró que hubo un robo. En su momento, los abogados de Ferrari me hablaron de esa norma, acudimos a otros abogados y la respuesta fue que no se podía hacer nada. Yo, lógicamente, me creí esa situación”, recordó el piloto de 41 años.
“Después de 15 años escuchamos que el ex dueño de la categoría reconoce que lo sabía en 2008, junto con el presidente de la FIA (Max Mosley) y no hicieron nada para no ensuciar el nombre de la F1. Esto es muy triste, sabes que te robaron algo, el resultado de esta carrera tenía que ser anulado y yo habría tenido un título. Al final, el mayor perdedor fui yo”, se lamentó.
“Al final, fui yo quien más perdió con este resultado. Entonces, vamos a mirarlo para entender todo esto. Hay reglas, y hay muchas cosas que, dependiendo del país en que sea, no se puede volver atrás después de 15 años para resolver una situación. Pero tengo la intención de estudiar la situación; estudiar lo que dicen las leyes y las reglas. Tenemos que tener una idea de lo que es posible hacer”, advirtió.
“Nunca lo perseguiría pensando en el dinero (dice sobre una demanda de daños), iría tras el Mundial pensando en la justicia. Yo creo que si te han castigado por algo que no fue tu culpa, y es producto de un robo, de una carrera robada, hay que hacer justicia. De hecho, la situación correcta es cancelar el resultado de esa carrera. Es la única justicia que se puede hacer en un caso como este”, culminó.
En 2017, fue Sydmond el que habló del tema: “Jamás trataré de justificar el ‘Crashgate’, pero algunas de las presiones recibidas fueron indescriptibles. Flavio me dijo que teníamos que ganar ese año o que Renault estaba fuera. Lo lamento amargamente porque cambió todo y mi carrera quedó destrozada. Había tenido una carrera deportiva de la que sentirme orgulloso, sin ningún incidente, y eso fue difícil de reconciliar”, reconoció en charla con Motorsport Magazine.
Alonso, por su parte, en 2018 esgrimió en una entrevista con la BBC que “creo que eso es una interpretación. Existen muchas interpretaciones sobre cómo puedes ganar una carrera. -El accidente- ocurrió al principio de la carrera y el coche iba bien. Yo no cometí ningún fallo, así que todavía la cuento”.
En el momento del incidente el presidente de la FIA era Max Mosley, íntimo amigo de Ecclestone y fundador del equipo March. En 2021 se estrenó un documental sobre él llamado “Mosley es complicado”, del que participaron el propio Bernie y el recordado Director de Carrera de la F1, Charlie Whiting. La mayoría de sus testimonios fueron editados, pero Motorsport accedió a las entrevistas completas y los testimonios fueron reveladores.
Whiting contó que “hubo algunas teorías conspirativas después de la carrera, pero nada de gran sustancia. Pero fue en Brasil, y estuve hablando con Nelson Piquet (padre). Yo fui su mecánico durante varios años, y seguimos siendo buenos amigos. Vino a verme a mi despacho y estuvimos charlando. De repente, cerró la puerta. Apoyó el pie en la puerta para que no entrara nadie y me contó lo que había pasado en Singapur. Estaba dirigido a Flavio (Briatore) porque, básicamente, la esencia de lo que estaba diciendo era: ‘Flavio hizo que mi chico se estrellara’.“Dije, ‘vaya, esto es algo muy serio’. No sé a quién más se lo había contado, pero me dijo: ‘guárdatelo para ti’”.
Mucho se habla de la formación de los jóvenes pilotos, las conductas y de los principios deportivos. Este escándalo volvió a sacudir a la F1 y al automovilismo. Es extraño que la FIA ahora actúe de oficio cuando no lo hizo hace casi 15 años. Quedará en Massa en intentar cambiar ese resultado y avisó que irá por ello. Su caso y el de Reutemann, en caso de conseguir resultados favorables, cambiarán la historia del automovilismo y del deporte.
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