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La adhesión de dos senadores disidentes del kirchnerismo a la propuesta libertaria, sumada al respaldo de tres diputados de Unión por la Patria al Renta Garantizada e Universal, reavivó el debate sobre el liderazgo dentro de la coalición oficialista.
Tras la sanción de la ley Bases en el peronismo se habilitó una cacería de brujas contra los que votaron a favor de la ley y del RIGI
Durante la semana pasada, el peronismo luchó intensamente para impedir la aprobación de la Ley Bases, manteniendo la esperanza hasta el último momento. El resultado incierto en el Senado, con un empate virtual, generó expectativas y conjeturas hasta el final. Sin embargo, cuando el marcador electrónico mostró el empate en 36 votos, la derrota peronista se hizo evidente y reconocieron rápidamente la primera victoria política del oficialismo. La vicepresidenta Victoria Villarruel, con su voto decisivo, aseguró la aprobación de la ley para el Gobierno.
El resultado de la votación en particular causó desilusión en algunos sectores, aunque para la mayoría no fue una sorpresa. Era un secreto a voces que tres senadores de Unión por la Patria (UP) respaldarían el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), a pesar del rechazo del kirchnerismo. También se sabía de antemano que los 33 senadores restantes del bloque no acompañarían la ley en su totalidad.
“El foco estaba puesto en la votación general, luego cada uno tenía más margen de maniobra. Ahora los diputados pueden retomar la redacción original sin necesidad de una mayoría especial.” Se sinceró un funcionario K de la Cámara alta. El mandato de Cristina Kirchner a los senadores que le responden era bloquear la aprobación. Lo exigieron hasta el final, pero no lo lograron.
Siguiendo esta línea de acción, la mayoría de los legisladores del bloque votaron de acuerdo a la estrategia para detener la aprobación de la norma. Sin embargo, hubo tres excepciones: Carolina Moisés (Jujuy), Guillermo Andrada (Catamarca) y Sandra Mendoza (Tucumán), quienes se opusieron a la ley en general, pero apoyaron el capítulo referente al RIGI.
Esta actitud no fue bien recibida en algunos sectores del peronismo, aunque la interpretaron como parte de la dinámica actual del bloque, donde ya no existe un alineamiento estricto con el liderazgo de la ex presidenta.
“El bloque ha dejado de ser un grupo dogmático donde se imponía una postura única. Cada senador tiene su propia relevancia y responde al mandato de su gobernador. Estamos atravesando una etapa de transición y reacomodamiento”, admitió un senador que forma parte del bloque liderado por el formoseño José Mayans.
Las tensiones internas son palpables y reflejan la división existente entre el kirchnerismo y el peronismo del interior del país. Es una imagen fragmentada que siempre ha existido, pero a pesar de ello, la mayoría coexiste bajo el mismo techo, aunque no se sabe por cuánto tiempo más.
Carolina Moises, Sandra Mendoza y Guillermo Andrada, los tres senadores peornistas que votaron a favor del RIGI
El martes anterior a la votación, se llevó a cabo una reunión de casi cuatro horas donde los legisladores analizaron detalladamente cada capítulo de la ley y definieron la estrategia para la sesión. Se acordó votar de manera coordinada, y los tres legisladores mencionaron que apoyarían el RIGI como parte de una estrategia del norte grande, debido a la solicitud de los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). Aunque esta postura generó molestia, fue aceptada y respetada.
“Veníamos trabajando el pensamiento del norte grande en referencia a lo que piensan Jalil, Jaldo y Saenz. Siempre estuvimos convencidos de que había que votar la ley en contra. Intentamos producir la mayor cantidad de cambios. La prioridad fue que los 33 estemos unidos. Nosotros avisamos el voto. Lo hicimos de la manera correcta. Explicamos las razones y no nos escondimos. ”, explicó la jujeña Carolina Moisés.
Los senadores peronistas de Tucumán y Catamarca mostraron posturas divergentes en la votación. Mientras que la tucumana Mendoza apoyó el RIGI, Juan Manzur se opuso. En Catamarca, Andrada votó a favor y la ex gobernadora Lucía Corpacci, en contra. Esta falta de unidad en el voto peronista por provincia refleja una estrategia fragmentada, influenciada por los pedidos de los gobernadores. En el caso de Moisés, su apoyo al régimen se basó en considerarlo beneficioso para su provincia y la región, demostrando así su independencia del kirchnerismo.El kirchnerismo tuvo en la voz del ex secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla a uno de los acusadores contra los que votaron el capítulo del RIGI. “Carolina Moisés se jactó de no acompañar la Ley Bases, pero votó a favor del RIGI, que nos condiciona por 30 años a una patria cuasi colonial. Es importante que se sepa quiénes son los senadores/as que llegaron en nombre del peronismo y se vendieron por 4 pesos con 50. Que nos expliquen a cambio de qué entregaron el futuro de la patria”, sostuvo en las redes sociales.
Edgardo Kueider junto al senador correntino Camau Espínola
Moisés se mantuvo firme ante los cuestionamientos. “No es tan simple decir ‘Patria sí, Colonia no’. Es un discurso anticuado que no beneficia a nadie. Los dirigentes peronistas que nos quieren llevar por ese camino, buscan obstaculizar las inversiones y el desarrollo. No podemos luchar contra el capital. El capital es lo que nos permitirá crecer. Provincias como la nuestra, del norte argentino, necesitan inversión”, señaló.
Los peronistas no alineados con el kirchnerismo, como son los tres legisladores, perciben las críticas de algunos dirigentes kirchneristas como un llamado de atención autorizado por Cristina Kirchner. Un aviso de que si no se alinean, las consecuencias serán mayores, como sucedió con los dos senadores del peronismo disidente que apoyaron la ley en general y a quienes se les exigió renunciar al Partido Justicialista (PJ).
Sin embargo, no se amedrentan ante lo que consideran mensajes de presión del kirchnerismo. Incluso, advierten que votaciones como las de Moisés, Andrada y Mendoza son un mensaje en sí mismas y un reflejo de las diferencias internas que no se pueden ocultar. Una señal de que no aceptarán someterse a la estrategia kirchnerista y se distanciarán tantas veces como lo consideren necesario.
“En el bloque existen dos corrientes de pensamiento. La más dogmática y la que posee un espíritu más pragmático y contemporáneo, que implica aceptar la realidad, reconocer nuestra derrota y trabajar en la reconstrucción de nuestro espacio político”, afirmó Moisés. Y añadió: “Debemos dejar atrás el pensamiento binario, el ‘traidor o leal’. Esas conducciones dogmáticas y cerradas no benefician al peronismo actual. Si no comprendemos que Milei es el resultado del fracaso del peronismo, entonces el peronismo terminará convirtiéndose en un partido minoritario. No me incluyan en ese escenario”.
El peronismo hizo lo posible para voltear la ley pero no lo logró
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