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Fernando Alonso está dispuesto a plantar batalla a los Red Bull también en Barcelona. Al bicampeón del mundo español le da exactamente igual lo fácil o difícil que sea batir al mejor coche del Mundial de Fórmula 1: él va a seguir haciendo un excelente trabajo con Aston Martin para aprovechar cualquier resquicio de gloria que pueda surgir en el horizonte. Así lo demostró este viernes en una segunda sesión de entrenamientos libres en la que puso toda la carne en el asador con su monoplaza, haciéndose con el segundo mejor tiempo de la tarde a nada que quiso lucirse un poco.
Fue primero de los mortales después de un Max Verstappen, para variar, sin concesiones. Pero de qué manera: la vuelta con la que Alonso se quedó tan sólo por detrás del neerlandés a poco menos de media hora para el final de la jornada fue de las que hacen afición por el motor. Sobre todo, gracias a un tercer sector brutal del monoplaza verde número ‘14′, que tuvo una pasada simplemente espectacular por la última curva de Montmeló, candidata desde ya a ser una de las más comprometidas del campeonato.
Sí, el vigente campeón paró el crono en 1:13.907, pero Alonso se quedó a menos de 2 décimas de superarle (0.170). Carlos Sainz, por su parte, concluyó el día séptimo, a 3 décimas. Tanto él como Charles Leclerc, sexto, dejaron la impresión de que Ferrari se está reservando para la hora de la verdad. Sus dos pilotos llegaron a liderar los Libres 2 en algunos momentos, pero finalmente se dejaron llevar. Con la consiguiente rareza de ver al Haas de Nico Hulkenberg en la tercera posición cuando llegó la bandera a cuadros. Otra escudería que prefirió tirar de discreción fue Mercedes, con un muy competitivo primer sector de vuelta y menos fuelle a medida que se acerca la meta.
Para posible beneficio de la escudería alemana en la clasificación de constructores, en Aston Martin siguen instalados en una suerte de cara y cruz: mientras Alonso sigue llevando el coche hasta límites insospechados hace apenas unos meses, Lance Stroll se mantiene estancado en la zona baja de la tabla. Su decimoctavo puesto en la segunda sesión de libres no invita precisamente al optimismo cuando vuelva a haber puntuación en juego, a pesar de que en el box de los británicos no parece haber demasiada preocupación al respecto.
Se esperaba que en la escudería austríaca volviesen a sus andadas de dominio apenas sin tacha en Barcelona, y así ha sido desde los Libres 1. A Max Verstappen es difícil toserle en cualquier tipo de circuito, pero aún más en uno tradicional como el de Montmeló. De ahí que no sorprendiese en absoluto que marcase el mejor tiempo de la mañana, con un 1:14.606 que le sirvió para batir, por primera vez en este Gran Premio de España (y las que quedarán), el crono de la pole lograda por Alonso en 2006, el último año con el trazado original hasta este 2023.
Checo Pérez se quedó a 7 décimas de su compañero, mostrándose decidido a elevar el listón, después de su desastre en Mónaco, a las cotas altas en las que acostumbra a moverse. No fue una sesión para nada llamativa, totalmente carente del picorcito que sí apareció en algún momento de la tarde. Sin incidentes ni tampoco cartas sobre la mesa, su hora de duración prolongó el momento esperanzador de Alpine (Esteban Ocon fue tercero y Pierre Gasly) y dejó al AlphaTauri de Nyck De Vries en cuarta posición. Algo tan sorpresivo como lo que ocurriría con Hulkenberg horas después.
Alonso y Sainz decidieron no enseñar en absoluto los dientes: el de Aston Martin terminó sexto, a nueve décimas de la cabeza, y el de Ferrari, por su parte, fue noveno, a más de un segundo del liderato. Hablando de la escudería italiana, sus pontones al estilo de los de Red Bull llamaron la atención entre las novedades estrenadas por los equipos. En los dominios de Alonso, las piezas nuevas resultaron ser un alerón delantero y otro trasero. En cuanto a Mercedes y Red Bull, se limitaron a variar el difusor.
El mayor interés de los equipos en los entrenamientos inaugurales de la parada española del Gran Circo fue hacerse al diseño antiguo del Circuito de Cataluña, que pierde la chicane presente desde 2007. Como cabía esperar, hubo más velocidad y emoción sobre la pista, con un tercer sector que promete ser especialmente pródigo en espectáculo de cara a la carrera del domingo. Alonso ya lo dejó muy claro en la sesión vespertina.
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