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“Es una medida de control y de persecución a los y las docentes y de violación de la intimidad de los y las menores”, alertaron a Página 12 desde los gremios docentes de la Ciudad de Buenos Aires sobre la posibilidad de que el Ministerio de Educación porteño instale cámaras de seguridad dentro de las aulas en el marco del plan de “espacios seguros”. Las alarmas se encendieron este martes cuando el Ministerio colocó una cámara dentro del aula de séptimo grado de una escuela de Parque Chacabuco, aunque finalmente, ante el rechazo generado y por pedido de la conducción del colegio, el dispositivo tuvo que ser retirado. Según informan desde la cartera comandada por Soledad Acuña, el plan en cuestión alcanzaría a cerca de 150 escuelas públicas con la instalación de alarmas o cámaras en espacios para “resguardar” netbooks y otros dispositivos. Si la escuela no cuenta con ese espacio específico, la cámara se instala en las aulas en que se guardan los aparatos.
El dispositivo estaba colgado en altura, en el centro del aula y sobre una de las ventanas, justo al costado de los pliegues de la cortina. Abajo, las mesas y bancos con los útiles y mochilas de los alumnos y alumnas de séptimo grado de la Escuela Primaria N°17 del Distrito Escolar (D.E) N°8, barrio de Parque Chacabuco. “No enfocando al carrito de las computadoras sino para el lado del pizarrón y al escritorio de la docente“, precisó a este diario Agustina Granada, docente de nivel primario e integrante de la Corriente de Trabajadores de la Educación (CTE) de UTE. La docente, que por la mañana del miércoles se acercó a la institución para conocer la situación, consideró que la instalación de la cámara, con sensor de movimiento y alarma incluidos, constituye “todo un mecanismo de control que repudiamos enfáticamente“.
El dispositivo finalmente fue retirado. No llegó a durar un día en funcionamiento. El rechazo de los gremios, que se acercaron a la escuela por la mañana, y de buena parte de la comunidad educativa, hizo que finalmente la conducción pidiera el retiro de la cámara. Desde el Ministerio dijeron a este diario que la instalación se había acordado con la anterior dirección del colegio, pero “cambió la directora y pidió que sea retirada”: “En los próximos días se va a definir cómo sigue“, agregaron.
En la nota enviada por la conducción a las familias, a la que accedió este diario, la dirección sostiene que “la cámara ha sido puesta bajo la idea de preservar materiales costosos y por error se puso en el lugar que no debía estar. En breve será retirada de ese espacio“. Desde la comunidad educativa confirmaron por la tarde que la cámara ya estaba desconectada. Andrea Bohus, secretaria de Cultura de Ademys, quien también estuvo en el colegio por la mañana, contó a este diario que los y las docentes del establecimiento rechazaron de plano la instalación de la cámara, aunque eligieron no hablar directamente con los medios por temor a represalias.
“La decisión fue arbitraria y unilateral, ni los docentes ni las familias lo sabían. Se enteraron in situ cuando entró la empresa a poner las cámaras con los docentes ahí adentro y con todo el enojo que genera esa situación”, relató. Granada, por su parte, precisó que la instalación se produjo “mientras los docentes estaban en el acto del 24 de marzo por el Día de la Memoría y no hubo consulta previa a las docentes ni a la comunidad educativa, las familias no estaban al tanto”.
En la Escuela Técnica Hicken de Jardinería y Botánica, ubicada dentro del Parque Las Heras, ocurrió una situación similar, aunque ahí todavía no llegaron a instalarse las cámaras ni las alarmas. Allí la dirección había acordado colocar dispositivos en tres espacios del colegio, pero los gremios y la comunidad educativa presentaron notas rechazando la iniciativa, que hasta el momento no se efectivizó.
El caso llegó este martes a la Legislatura porteña cuando, a través del legislador Claudio Morresi, el Frente de Todos (FdT) presentó un proyecto de declaración de “preocupación” por el caso. “Consideramos que el Ministerio debe resolver las cuestiones de seguridad en las instituciones educativas con estrategias que no vulneren los derechos de los niños, niñas y adolescentes“, sostuvo Morresi en los fundamentos.
El plan oficial implica, según informa el Ministerio, la creación de 243 “espacios seguros” en 147 escuelas públicas porteñas, “con el fin de resguardar la tecnología”. La cartera educativa explica que serán “espacios dentro de las escuelas destinados a la guarda del equipamiento tecnológico del Plan Sarmiento y otros elementos de mayor valor pertenecientes al establecimiento”. Según aseguran, los espacios tendrán un sistema electrónico de seguridad con “sensores de movimiento y alarmas, que pueden también tener cámaras para su mayor protección”.
El problema surge, en principio, en aquellos establecimientos que no cuentan con un espacio específico para guardar los dispositivos, algo que ocurre en buena parte de los colegios de la Ciudad. En la mayoría de esos casos las netbooks se guardan en canastos dentro de las aulas. Desde el Ministerio afirman que la colocación de los dispositivos de seguridad se realizará en las aulas “sólo en aquellos casos en los que las escuelas no tengan otro lugar para guardar la tecnología“. En los dos primeros casos, el de la 18 de Parque Chacabuco y el de la Hicken, el plan preveía la instalación en aulas. En la Hicken, en tanto, las familias pidieron que se construya un lugar específico para crear el “espacio seguro”.
“El fundamento principal que argumentan es que la idea es proteger el carrito de netbooks del aula, ya que el año pasado hubo algunos robos de computadoras, pero se prioriza lo material por sobre las infancias y la protección integral de sus derechos”, advirtió Granada sobre el plan oficial. La docente alertó en este sentido que “están violentando la integridad de los pibes y pibas y la ley de protección integral de los derechos de les niñes y adolescentes, y un montón de otros lineamientos vinculados con la ESI y la protección de la imagen: no sabemos quién mira esas imágenes ni para qué“.
Bohus, por su parte, calificó la posibilidad de poner cámaras en las aulas como “una medida de control y persecución a los y las docentes y de violación de la intimidad de los y las menores”. “Además genera un agobio y un hostigamiento al trabajador para poder dar clases. Hay un montón de escuelas que necesitan una política estatal para mejorar las condiciones pero invierten en poner una cámara para resguardar no sé qué cosa”, sostuvo la integrante de Ademys, gremio que este jueves marchará a Parque Patricios, ante la sede de Gobierno porteño, e irá al paro por mejoras salariales e infraestructurales.
“Hace una semana estábamos con una ola de calor con pibes, docentes y auxiliares descompuestos. No hay plata para esas cosas pero sí para poner cámaras que cuidan lo material. Las lógicas de Larreta y Acuña están muy lejos de las necesidades de la comunidad educativa”, señaló por su parte Granada. Desde UTE emitieron un comunicado en el que aseguraron que “la solución a los graves problemas de inseguridad en las escuelas no se resuelven con la instalación de cámaras que vulneran los derechos de alumnxs y docentes, sino con personal suficiente de maestranza, caserxs y la ejecución presupuestaria correspondiente”.
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